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9. Cómo proporcionar apoyo individualizado


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En este módulo se analizarán estrategias para brindar ayuda individualizada a los participantes que necesiten mayor apoyo. El módulo se centrará en tres estrategias diferentes de individualización: 1) cómo proporcionar instrucciones claras y efectivas, 2) maneras de asegurar la ayuda en suficiente y 3) cómo implementar la retroalimentación positiva.

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¿Hay estudiantes en tu programa a los que les cuesta participar en ciertas actividades, seguir instrucciones o completar tareas específicas, incluso si se les brinda apoyo básico? O tal vez necesitaste un poco de ayuda extra para aprender algo nuevo, como una receta, un deporte o un hobby. Todo el mundo necesita apoyo extra en algún momento y, es probable, que los estudiantes con discapacidades identificadas requieran más ayuda para participar en programas inclusivos.

Este video habla de cómo podemos brindar apoyo individual a los estudiantes que lo necesitan. Hablaremos sobre tres estrategias diferentes: cómo proporcionar instrucciones claras y efectivas; formas de proporcionar la cantidad adecuada de ayuda; y cómo utilizar la retroalimentación positiva.

Brindamos apoyo individualizado para ayudar a los estudiantes a participar plenamente en las actividades y rutinas de nuestros programas, especialmente cuando se trata de habilidades nuevas por adquirir. Esto podría ser enseñarle a un niño a abrir su lonchera sin ayuda en un campamento de verano o, apoyar a un estudiante a aprender la rutina matutina de actividades en círculo para que pueda participar satisfactoriamente. También brindamos ayuda extra cuando un niño actúa de forma que limita su participación, como usar comportamientos físicos como golpear o patear, abandonar el grupo o no seguir las instrucciones.

Empecemos reflexionando sobre las instrucciones que damos a nuestros estudiantes, asegurándonos de que entienden las expectativas. Es importante dar instrucciones muy claras que indiquen a los estudiantes exactamente lo que deben hacer. Las buenas instrucciones ayudan a los estudiantes a alcanzar logros y a ser más independientes, así como a evitar comportamientos que presenten retos. Las buenas instrucciones son cortas, concisas, se enfocan en comportamientos visibles y se enuncian de manera positiva.

Con “de manera positiva” nos referimos a decirle al niño que haga algo, como “¡Puedes caminar cuando estás adentro!”, en lugar de decirle que deje de hacer algo, por ejemplo: “¡Deja de correr en la biblioteca!”. Las buenas instrucciones también les dan a los estudiantes claridad sobre qué es exactamente lo que se espera que hagan.

Por ejemplo, en un aula de primer grado, la instrucción“Por favor tomen sus abrigos y fórmense en la línea amarilla”, es mucho más clara que: “Es hora de ir por lo que necesitamos para ir al recreo”. En el segundo ejemplo no les dice a los estudiantes exactamente lo que deben hacer. Esto podría ser confuso porque no mencionamos explícitamente los materiales que deben tomar, ni a dónde deben ir. Otro ejemplo es un maestro de natación que les dice a los estudiantes: “Quédense en los escalones de la piscina mientras esperan su turno”, en lugar de: “Deténgase, no se queden ahí”. Nuevamente, el segundo ejemplo no les da a los estudiantes la información exacta que necesitan para esperar su turno de manera segura. Las instrucciones claras son sumamente útiles para que los estudiantes tengan logros antes de que debamos brindar un apoyo más individualizado.

Hablemos ahora de diferentes formas de dar a los estudiantes la ayuda suficiente para alcanzar logros en cierta tarea o actividad. Al proporcionar una cantidad justa de ayuda, estamos enseñando a los estudiantes exactamente cómo participar en ciertas actividades o rutinas. Esto se llama “orientación o indicación” o prompting en inglés. Hay muchas maneras de usar indicaciones en nuestros programas.

Podemos recordar verbalmente a estudiantes específicos las expectativas para una determinada actividad, como decirle a un niño que deberá limpiar su juego de cartas en 5 minutos. Podemos usar gestos, como señalar dónde un niño debe formarse o señalar lo que sucederá a continuación en el horario visual. A veces, modelamos o mostramos cómo hacer algo, como mirar un libro en la biblioteca o cómo jugar un nuevo juego. También podemos usar imágenes o fotos para mostrarle a un estudiante las cosas que necesita o los pasos de una actividad. Por ejemplo, para una caminata por la naturaleza, podríamos mostrarle a un niño una lista de verificación: (1) botella de agua, (2) un lápiz y (3) un portapapeles.
Estos ejemplos proporcionan diferentes niveles de ayuda y distintas formas de usar la orientación o indicación. Claro, la meta es ayudar a los estudiantes a aprender nuevas habilidades mientras los animamos a ser tan independientes como sea posible. Deberíamos dar un paso atrás, y dejarlos hacer cosas por su cuenta cuando hayan aprendido una habilidad.

Hablemos ahora de cómo podemos celebrar los logros de los estudiantes. La retroalimentación positiva es una de las estrategias más usadas y efectivas cuando se trabaja con estudiantes pequeños. Es cuando elogiamos a un niño porque sigue las instrucciones o participa en una actividad según las expectativas, lo que aumenta la probabilidad de que lo haga de nuevo en el futuro. La retroalimentación positiva más efectiva se llama “celebración específica del comportamiento o la conducta”, donde nombramos directamente lo que el niño está haciendo. Por ejemplo, una maestra de la escuela dominical dice: “¡Veo cómo Isabella está jugando de manera muy segura en el patio de juegos!”, o un entrenador de fútbol dice: “¡Excelente trabajo, Leonard! ¡Estás permaneciendo con el grupo!”. La celebración específica del comportamiento es una estrategia fácil de usar en la que les decimos a los estudiantes exactamente qué es lo que están haciendo adecuadamente. Otros ejemplos incluyen: “Khalid, ¡me gusta cómo caminas en el pasillo!”, o “Isabella, me encanta cómo estás hablando en voz baja en la biblioteca”, en lugar de una afirmación más genérica como “¡Buen trabajo!”.

A veces, la retroalimentación positiva también puede implicar elementos específicos combinados con la celebración de comportamientos específicos. Por ejemplo, Elaine está trabajando para participar en una clase de ballet y se gana una calcomanía cuando se integra al grupo y baila con las demás niñas. Su maestra es muy consciente del uso de la celebración de comportamientos específicos y dice cosas como: “Elaine, te veo bailando con tus amigas. ¡Te mereces una calcomanía!”, lo que indica específicamente lo que está haciendo.

A veces, usamos varias de estas estrategias de apoyo individualizado al mismo tiempo. Esto puede ser útil para los estudiantes que parecen necesitar más apoyo para participar cuando algunas estrategias no funcionan. Por ejemplo, a Leonard le cuesta la práctica de fútbol. Aunque realmente le gusta el fútbol, le cuesta hacer ejercicios con el resto del equipo y participar durante toda la práctica. Después de hablar con Gordon, el padre de Leonard, los entrenadores planean algunos apoyos individuales para él. Primero, reflexionan sobre cómo dar instrucciones claras y breves, y usan fotos para cada ejercicio, para ayudar a Leonard a entender qué hacer. Gordon comparte que Leonard alcanza logros cuando la gente le muestra exactamente cómo hacer algo nuevo, y los entrenadores se aseguran de siempre demostrar cada ejercicio y de que Leonard siga a los compañeros que pueden hacer los ejercicios sin ayuda. Así, tiene varios modelos diferentes sobre qué hacer.

Por último, su padre Gordon piensa que siempre pueden tener una actividad divertida adicional planificada después del fútbol, como visitar su sitio de juegos favorito o ver algo de Star Wars juntos, pues son las películas favoritas de Leonard. Al implementar esto, ¡Leonard comienza a participar todo el tiempo! Los entrenadores notan que estas cosas también parecen ayudar a otros estudiantes, y se sienten muy orgullosos de ver a Leonard jugar con sus amigos. No se trata de grandes estrategias a implementar, pero sí de añadir pequeños cambios para ayudar a crear una práctica inclusiva donde Leonard pueda participar de forma más independiente… ¡y divertirse más!

Sabemos que algunos estudiantes de nuestros programas necesitarán más ayuda para participar y acceder a algunas actividades, rutinas y entornos. Podemos usar estrategias específicas, como proporcionar instrucciones claras, brindar ayuda suficiente y usar una retroalimentación positiva, o todas las estrategias a la vez. Todos necesitamos apoyo extra en un momento u otro. ¿Cómo podrías implementar estas estrategias con los estudiantes de tu programa?