3. Cómo fomentar la membresía y el sentido de pertenencia

¿Alguna vez has entrado en un lugar y al instante sentiste que pertenecías? ¿Qué aspecto del lugar te hizo sentir así? ¿Fue la gente, el entorno físico o la estructura de la actividad?
Ahora, piensa en un lugar donde no sentiste sentido de pertenencia. ¿Qué cosa del lugar te hizo sentir así?

En este video, empezaremos hablando de cómo los entornos inclusivos requieren una planificación cuidadosa. Luego, analizaremos estrategias para crear comunidades inclusivas. Estas incluyen el desarrollo comunitario a través de rutinas diarias, incluir a las familias mediante información accesible, el uso de “ventanas y espejos” en las actividades del programa, y establecer la cultura de inclusión que los miembros del personal deben promover. Terminaremos con un recordatorio sobre la creación de espacios inclusivos como un viaje permanente.

¡Empecemos!

El sentido de pertenencia y la membresía es algo que todos quieren y necesitan para sentirse seguros e incluidos. Cuando las familias y estudiantes reciben mensajes intencionales de que pertenecen, es más probable que participen en actividades, tengan un propósito, entablen relaciones y estén dispuestos a aprender. Sin embargo, los entornos que promueven el sentido de pertenencia y la membresía no solo suceden porque sí; sino que son el resultado de una planificación cuidadosa.
Crear espacios realmente inclusivos requiere planificación y reflexión. Una forma de crear espacios incluyentes para los estudiantes y tus familias es proporcionar rutinas diarias constantes y predecibles diseñadas para crear comunidad. Las rutinas promueven oportunidades auténticas para que tu programa, agencia o lugar de trabajo o centro espiritual desarrollen con los estudiantes y familias el sentido de pertenencia.

Una rutina simple es dar saludos y despedidas una de manera positiva y personal, usando su nombre y diciéndole algo positivo. Algo como: “Buenos días, Baroo, estoy muy feliz de verte esta mañana” o “Adiós, Samantha, diviértete más tarde con tus hermanos” son formas simples y efectivas de generar sentido de comunidad.

Planea estrategias de una manera intencional para que los estudiantes lleguen a conocerse y entablen amistades. Esto podría implicar la enseñanza explícita de los nombres de todos y alentar a los estudiantes a decorar una etiqueta con su nombre, o hacer una actividad favorita para la primera actividad. Luego, podría invitar a todos a que busquen un compañero que comparta ese interés o que haya hecho la actividad antes. Provea pegatinas, sellos, marcadores, incluso fotos para collage. El apoyo de un adulto garantiza que todos puedan participar, sin importar cómo escriban, dibujen o usen los materiales de arte.

Compartir el horario diario y una lista de actividades también puede ayudar a las familias a sentirse incluidas en el programa. Esto les permitirá planear el día de su hijo. Por ejemplo, las familias podrían dar esta información a su hijo y empezar a hablar sobre las actividades que harán en el programa. Al compartir información con las familias, especialmente aquellas que tienen estudiantes con discapacidades o que hablan lenguas distintas del inglés, compártala de varios modos. Las familias quizá precisen información por escrito y por medios electrónicos dónde puedan usar aplicaciones como Google Translate. Otra familia podría valorar un video que explique cómo es el horario diario, y así poder pausar o rebobinar según lo necesiten. Por último, enviar a las familias fotos de los artículos que el estudiante podría o debería traer cada día, como un dispositivo de comunicación aumentativa y alternativa o un pequeño juguete antiestrés, pues esto ayuda a las familias que tienen hijos con discapacidades a que se sientan seguras de que el estudiante tenga lo que necesita para sentirse cómodo y participar activamente.

Otra estrategia para crear una cultura de pertenencia es usar la idea de “ventanas y espejos” cuando planeas actividades y preparas tu programa. Una “ventana” se refiere a buscar algo y aprender sobre las experiencias y perspectivas de otra persona que son diferentes de las propias. Un “espejo” se refiere a ver experiencias y perspectivas propias reflejadas en lo que se lee, escucha, estudia o analiza. Aprender sobre nuevas experiencias y verse a uno mismo reflejado de manera positiva es importante para todos, pero especialmente para estudiantes minorizados, estudiantes con discapacidades, estudiantes que se identifican como LGBTQIA+ y otros grupos históricamente marginados.

Puede ser parte de un grupo que no necesita analizar demasiado para percibir su raza, cultura, religión y experiencias reflejadas en lo que lee, ve o escucha. Las perspectivas de los blancos, cisgénero y sin discapacidades son a menudo las que se resaltan en los libros para estudiantes, las actividades y el marketing. Por esto, es recurrente que haya un sentido de pertenencia y membresía inherente en estos grupos que quizá no compartan los estudiantes y las familias de otros grupos mayoritarios. Los “espejos” para los estudiantes con discapacidades o minorizados a menudo son inexistentes u opacados por los muchos otros espejos disponibles para los estudiantes que se identifican como blancos o no discapacitados.

Como maestros, personal de apoyo y líderes, es importante buscar activamente libros e imágenes visuales para mostrar y decirles a los estudiantes y sus familias que importan, y que sus perspectivas y experiencias son valoradas en su programa. Pregúntate: “¿Estoy brindando oportunidades para que los estudiantes se vean a sí mismos reflejados positivamente en nuestras actividades? ¿Podría una variedad de familias verse reflejadas positivamente en nuestro sitio web y en nuestros materiales de marketing? ¿Estoy ofreciendo oportunidades para que todos los estudiantes aprendan experiencias y perspectivas diferentes de las propias?”. Si la respuesta es no, reflexiona sobre cómo incluir “espejos y ventanas” auténticos y verdaderos para los estudiantes y sus familias. Finalmente, recuerde que, como maestro, personal, consejero o líder, estableces la cultura de la inclusión. Por ejemplo, si hay estudiantes con discapacidades que usan una forma diferente de comunicación, como un dispositivo de comunicación aumentativa y alternativa, o estudiantes que están aprendiendo inglés, podría ser fácil para un maestro evitar de manera inconsciente interactuar con ellos. Si un docente da la impresión de que es demasiado difícil interactuar con ciertos estudiantes, otros estudiantes del grupo harán lo mismo que el docente.

Como personal, asegúrate de jugar y hablar con todos los estudiantes, independientemente de su lengua, raza, identidad de género, religión, origen cultural o forma de comunicarse. Si se excluye a ciertos estudiantes, pregúntate: “¿Qué puedo hacer de manera diferente para ayudar a todos los estudiantes a tener un sentido de pertenencia?”.

Recuerda que crear espacios inclusivos que dan la bienvenida y celebran las diferencias es un viaje sin fin. Nunca habrá un momento en que se hayas alcanzado una inclusión total o que hayas terminado de crear espacios inclusivos. Todos tenemos lugar para mejoras, reflexión y crecimiento cuando trabajamos para crear espacios que acojan a todos. Los programas inclusivos son espacios donde todos se sienten bienvenidos, apoyados y necesarios.

Usa una de las listas de verificación incluidas con este módulo para empezar a reflexionar en su programa. Después de responder algunas preguntas, elije algunos ítems para empezar a mejorar los mensajes futuros de su programa en torno a la bienvenida e inclusión de todos los estudiantes y sus familias.